Hay nueve Sacri Monti que forman parte del patrimonio de la UNESCO desde 2003, dos en Lombardía (Ossuccio y Varese) y siete en Piamonte (Belmonte, Crea, Domodossola, Ghiffa, Oropa, Orta y Varallo), tres de los cuales, el Sacro Monte di Ghiffa, el Sacro Monte di Orta y el Sacro Monte di Domodossola, son destinos que se pueden alcanzar fácilmente desde Verbania.

Los Sacri Monti, construidos entre finales del siglo XV y principios del siglo XVIII, son complejos arquitectónicos generalmente erigidos en la cima de una colina, en cuyo interior se representa, con pinturas y esculturas, la historia de Cristo, la vida de María o de los Santos, o los misterios del Rosario.

Estos complejos son un modelo de unión entre la presencia del hombre capaz de construir respetando e integrando elementos arquitectónicos en los paisajes circundantes, casi valorizándolos gracias al notable patrimonio artístico en forma de esculturas y frescos que custodian.

La visita a uno de los Sacri Monti es una experiencia que une el camino real recorrido con el cuerpo, al camino simbólico religioso y meditativo, vivido espiritualmente.

Hay 111 sitios arqueológicos de palafitos en los Alpes reconocidos por la UNESCO y 19 de ellos se encuentran en Italia. Entre ellos, el Parque Natural Lagoni di Mercurago, en Arona, a unos cuarenta kilómetros de Verbania, es un área protegida (Áreas Protegidas del Tesino y del Lago Maggiore) y alberga uno de los primeros palafitos descubiertos en Europa a mediados del siglo XIX y el primero estudiado científicamente en Italia.

Las excavaciones arqueológicas han permitido la recuperación de objetos de cerámica, armas y ornamentos metálicos, herramientas de sílex, cuentas de vidrio y artefactos de madera. Los hallazgos de Mercurago se inscribieron en la lista de la UNESCO junto con el sitio del Lago de Viverone en Azeglio porque constituyen un grupo único y bien conservado de sitios arqueológicos culturalmente ricos, que son una de las fuentes más importantes para el estudio de las primeras sociedades agrarias en Piamonte.

Un importante corredor ecológico que discurre a lo largo del río Ticino entre Piamonte y Lombardía. El territorio de la Reserva Ticino Val Grande Verbano, inscrita en las listas de las reservas de la MaB (El Hombre y la Biosfera) de la UNESCO, encierra y preserva una biodiversidad importante y diversificada y varios ecosistemas garantizados por diferentes tipos de paisajes; al recorrer la Reserva, se pueden encontrar paisajes rurales tradicionales, zonas dedicadas al pastoreo intercaladas con campos de maíz y marjales.

En septiembre de 2017, la Reserva del Valle del Ticino, patrimonio de la UNESCO desde 2002, presentó una nueva candidatura para extender el área de la MaB hasta la frontera suiza, incluyendo toda la región del Lago Maggiore, los municipios costeros y el territorio adyacente al Parque Nacional de Val Grande y al Parque Regional Campo dei Fiori.

La Reserva, reconocida oficialmente en 2018, tomó el nombre de Ticino Val Grande Verbano, con el fin de identificar las principales áreas territoriales incluidas en la nueva área de más de 332,000 hectáreas. Los organismos gestores de la Reserva son el Parque Lombardo del Valle del Ticino y el Parque Natural del Ticino, ahora Parque del Ticino piamontés y del Lago Maggiore.

El geoparque Sesia Val Grande se encuentra en el noroeste de Piamonte, en un área que se extiende desde el Lago Maggiore en la frontera con Suiza hasta el Monte Rosa en la frontera con el Valle de Aosta.

Gracias a la importancia científica de los aspectos geológicos típicos de la zona, fue reconocido como geoparque por la UNESCO en 2013 y desde 2015 forma parte de pleno derecho de "Geoparques Globales de la UNESCO", la red mundial de áreas geográficas donde sitios y paisajes de importancia geológica internacional se gestionan con un concepto integral y complejo de protección, educación y desarrollo sostenible.

La especificidad geológica de esta zona está estrechamente relacionada con todas las características del territorio, con la presencia de diferentes tipos de rocas, una importante variedad de altitudes y diversos entornos, ingredientes que garantizan una gran variedad de formas de vida.

Estas características ambientales particulares han influido en la vida del hombre, en los aspectos económicos, sociales, culturales y tradicionales, como por ejemplo la presencia de la población Walser. Otra evidencia de la importancia natural y cultural del área del geoparque es la presencia de numerosas áreas naturales protegidas y tres Sacri Monti (Varallo, Domodossola y Ghiffa).

Un arte, el de construir murettos a seco, es decir, apilando piedras una sobre otra sin usar otros materiales, que ingresó en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en 2018.

La existencia de estos murettos, a veces también utilizados para construir viviendas o refugios, es importante para combatir la fragilidad de las laderas, detener los deslizamientos de tierra, ralentizar las avalanchas y reducir la erosión, especialmente en terrenos empinados típicos de las montañas. Pero también son el símbolo de la unión y la convivencia respetuosa entre el hombre, la naturaleza y el paisaje.

Ingresado en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2019, el alpinismo se define como el arte de escalar cimas de montañas altas en todas las estaciones, en terrenos rocosos o helados. Para practicarlo, sin embargo, también se requieren habilidades físicas, técnicas e intelectuales, así como equipos y herramientas altamente especializados, fruto de un conocimiento desarrollado a lo largo del tiempo.

El alpinismo, nacido en 1760 en el macizo del Mont Blanc, se practica en todo el arco alpino, incluido el Monte Rosa, que se puede alcanzar cómodamente en poco tiempo desde Verbania.